lunes, 6 de marzo de 2017

ULTRA TRAIL SIERRAS DEL BANDOLERO 87KM



No se por donde comenzar esta historia, pues son tantas las vivencias y pensamientos que han pasado por mi cabeza en estas algo más de 20 horas, que necesito ordenarlas adecuadamente y escribirlas para recordarlas por siempre.

Hoy es lunes, transcurridas algo más de 24 horas desde que crucé la meta en Prado del Rey, me encuentro exhausto y dolorido, pero muy satisfecho, tremendamente feliz y satisfecho, con una sensación de plenitud difícil de explicar con palabras. Sólo los que se enfrentan a este tipo de retos deportivos en su vida saben de lo que hablo. Pero no quiero ponerme sensiblón antes de tiempo, vayamos a los hechos.
Ya había hecho esta prueba en 2016, pero en esta ocasión le añadían un puntito más de dificultad, unos 11 kms y bastantes metros positivos por la sierra del Albarracín. La había preparado a conciencia y había hecho ese tramo nuevo hasta en tres ocaciones, la última el pasado martes con mi amigo Fernando Jiménez, y las sensaciones por parte de los dos eran muy buenas. Sabíamos que a cuatro días de la prueba era una temeridad darnos ese tute, pero necesitábamos un plus de confianza, de seguridad en ti mismo, y ya lo teníamos, sabíamos a lo que nos enfrentábamos.
El viernes hablé con Fernando y me comenta que se ha fastidiado la rodilla, que no cree que pueda tomar la salida. Me invade una gran frustración y pena por él, así que debía ir sólo. Tenía muy claro desde el principio que la acabaría, que lo haría por él; era otro punto más de motivación que tenía, al igual que siempre en el horizonte, el gran objetivo de la Ultramitic andorrana, mi sueño.
Había estado lloviendo toda la noche y seguía haciéndolo con ganas, el sábado se presentaba terrorífico: alerta amarilla por vientos de 70km/h y lluvias de 15 l/m2. Sabía a lo que me enfrentaba, sólo quedaba echarle valor y equiparme hasta los dientes con lo mejorcito de mi armario deportivo. No quería variar mi rutina en los entrenos bandoleros, parada en la venta el palancar, molletazo de aceite y cafe calentito. Salgo de la venta bajo una lluvia torrencial que no presagiaba nada bueno. El cielo nos hablaba, pero no quería escucharlo.
Llegada a Prado del Rey, saludo a algunos amigos que se encontraban resguardados bajo la carpa que la organización había dispuesto y recogida del dorsal. Primer contratiempo de la mañana, mi chip no aparece, y me tienen que asignar un nuevo dorsal con su chip correspondiente.
Con los compis del TurdetaniaTeam
Me dirijo de nuevo al coche para depositar la bolsa con los regalos, a saber: camiseta finisher, braga de cuello, chicle energético, vaso plegable de silicona y calcetines personalizados UTSB. Allí mismo acabo de ordenar la mochila y cambiarme, decido salir con casi toda la artillería:


  • Mallas largas de invierno Kalenji.
  • Sobrepantalón de agua Quechua.
  • Camiseta térmica de manga larga.
  • Camiseta de competición turdetanaTugaWear.
  • Guantes de neopreno 2mm.
  • Gorra con bisera.
  • Buff en el cuello.
  • Calcetines Lurbel doble capa Bmax.
  • Zapas saucony Xodus con suela vibram.




  • Chaqueta de membrana Ternua adrenalite neutrino, transpirable y resistente a una columna de agua de 20.000 mmH20 según especificaciones del fabricante. 




Dejaba en la recámara de la mochila la manta térmica, una venda elástica, sales, 2 tubos de magnesio, el frontal led senser H7, el GPS garmin etrex 30, los palos Black Diamond de carbono, unos guantes de seco, gorro, Buff , calcetines, Camiseta de competición del VCXM TugaWear, además de una reserva de calorías en forma de barritas y geles apropiadas para hacer la prueba en semiautosuficiencia, y una 2ªcapa con funciones de 3ª: Chaqueta O2 Evolution Stretchshell con una membrana de 15K/10K. En total casi 4 kg de peso a mis espaldas

Sabía que con esa equipación de salida aguantaría bien hasta el Boyar.
Con unos minutos de retraso echaba a andar la "Bandolerita 2017", por delante un largo camino de 87 kms y muchas incógnitas por resolverse.


1er TRAMO: PRADO DEL REY-EL BOSQUE: 12 kms - 1h24 min. Puesto 312



En principio una pista fácil y muy corrible, con una pendiente favorable en casi todo su trayecto. La única dificultad, la aglomeración de corredores que se formaba cada vez que había que cruzar arroyos y charcos sin mojarse, que enorme contradicción pensaba yo, ¿Qué se pensaban éstos que van a encontrarse ahí arriba? A algunos corredores se lo comentaba para que fuesen mentalizándose en el fregao que se habían metido, y que ya no había vuelta atrás. 

2º TRAMO: EL BOSQUE-LLANOS DEL CAMPO. 14 kms. "COMIENZA EL BAILE"



Comienza el baile, iniciamos la larga subida por el cortafuegos del Albarracín, ya estamos en mi terreno. Por el senderito comienza a fluir agua, primero poco a poco, un hilillo, que poco a poco va ganando caudal, hasta convertirse casi en un torrente, lo cual dificulta bastante la progresión, pero entre los buenos tacos de mis zapas y los bastones, lo hago sin ningún contratiempo.
Ya hemos ganado altura y unido a la lluvia y al viento, la niebla y el frio quieren unirse a la fiesta, lo que va dando al día un cierto carácter épico. En las bajadas, voy muy suelto y seguro, adelantando a muchos corredores y disfrutando enormemente, ese paisaje y la climatología me recordaba a mi querida selva. Cuando atravesaba el bosque de madroños di alcance a Fran Borrego, inconfundible sus andares jajajajaja, que tio más grande, y no es una metáfora. Fui con él durante un trecho, charlando tranquilamente y riéndonos, me despedí y continué mi marcha. Alcanzamos de nuevo la pista y seguimos ascendiendo por el arroyo hacia el Albarracín. En las ocasiones anteriores, siempre lo había visto sin una gota de agua y hoy iba espectacular. Sabía que nos aproximábamos a la famosa bajada, y que con esa lluvia y el barro sería como una pista de patinaje. Efectivamente, me situé arriba y se veían numerosos corredores bajando de todas las posturas posibles, y aferrándose inútilmente a las pocas ramas y brotes que quedaban. Esos cuatro años bajando y subiendo los senderitos por la selva iban a servir de algo, así que, sin pensármelo dos veces, me lancé hacia abajo, haciendo giros imposibles y ayudándome de mis bastones bajaba deslizándome, adelantando muchísimas posiciones y disfrutando a tope. Una descarga de adrenalina que hacía que me olvidase de la lluvia, del viento y del frio y que me mantenía siempre alerta. Una vez abajo quedaba, eso........ subir de nuevo por otro cortafuegos imposible, pero antes pude comprobar la fragilidad del ser humano y la crudeza de este deporte, cuando vi a un chico tembloroso, tendido y cubierto por una manta térmica con un trozo de rama clavado en su pie.


Esas crudas imágenes me pusieron de nuevo alerta: "Aquí no hay lugar para cometer errores Luisma!!!, debes ir concentrado siempre y evitar distracciones si no quieres acabar así. Lo de la bajadita de antes haciendo el cafre fue una gilipollez, un riesgo innecesario que no debes volver a repetir", me decía.

3er TRAMO: LLANOS DEL CAMPO-PUERTO DE EL BOYAR. 6 kms

"El periodo adaptativo" le he titulado, pues consiste en un tramo fácil siempre en contínuo ascenso por senderos corribles en condiciones normales, pero que con la meteorología actual lo hacen muy complicado. Llegada al puerto de el Boyar en 6 horas de carrera, tenía un colchón aún de 1 hora sobre el tiempo de corte en ese punto. Tocaba alimentarse algo, reponer líquidos, colocarme la segunda capa, los guantes de neopreno y cambiar la gorra por un buen gorro de abrigo. Los 2º C existentes me obligaban a salir disparado del avituallamiento, pues te quedabas rápidamente helado. 



4º TRAMO: EL BOYAR - VILLALUENGA DEL ROSARIO. 12,5 kms. El Infierno del Simancón.
Muchos corredores optaban por abandonar en el Boyar, lo que venía a continuación era el infierno, y eso me causaba bastante respeto. Había que estar muy loco o ser un insensato para subir en esas condiciones; pero yo no soy ni lo uno, ni lo otro, muy al contrario, me tengo por una persona cuerda con una mente científica y analítica, que analiza bien una situación y toma una decisión más o menos acertada. En esta ocasión la decisión era seguir. Conforme ganaba altura, el frio y el viento se hacían más intensos, aparecían restos de la nevada de la noche anterior, como advertencia de lo que allí arriba nos esperaba. La lluvia helada horizontal arreciaba, impidiéndote casi mantener una posición erguida, lo que a su vez hacía que no viésemos las balizas. Yo conocía bien ese camino, ya lo había hecho muchas veces y eso me daba mucha confianza.



Aún recuerdo este pasado verano cuando pasé con Ángela un fin de semana en Grazalema y me escapé de madrugada para subir por este mismo camino hasta el reloj y el Simancón y ver amanecer desde su cumbre, es una imagen que me acompañó durante todo ese trayecto, no podía verlo por la niebla, pero sentía que estaba ahí, a mi izquierda, gritándome y lanzándome toda su furia, pero yo seguía con buen paso hacia delante. Tenía ante mí la meseta del Simancón, terrorífica, sin ver a cuatro palmos, con un viento Sur Oeste huracanado por momentos, con -2ºC y con una sensación térmica de muchos grados menos, las tres capas estaban funcionando a la perfección. Había que bajar de allí rápido, y cual fue mi sorpresa que la mochila se había abierto por su parte superior y había perdido la bolsa en la que guardaba el frontal con las pilas de repuesto, otra con un buff y guantes y una tercera con la gorra de la KDD la última selva. Ufff, difícil decisión la de retornar a ese infierno, pero tocaba subir de nuevo sobre mis pasos para buscar esos preciosos objetos. Tuve la enorme fortuna que otro corredor los había encontrado más arriba y llevaba la bolsa del frontal en su mochila, habiendo dejado sobre una baliza luminosa de batería las otras dos. Me lo devolvió amablemente y yo se lo agradecí con todo mi corazón. Son este tipo de gestos los que hacen grande este deporte y estas pruebas, el enorme grado de compañerismo y empatía que se establece entre nosotros. Durante el descenso, buscando el Navazo alto creo recordar tuvimos otro serio contratiempo, pues erramos el camino hacia Villaluenga y bajábamos por donde luego debíamos retornar a Grazalema. Decidí tomar las riendas del grupo, encender mi GPS, cargar el track y seguirlo. La niebla era muy intensa en esa zona y la noche ya había hecho acto de presencia, lo cual dificultaba bastante la orientación.  Buscábamos la famosa bajada a Villaluenga, que de noche y en esas condiciones era una trampa mortal, piedras afiladas como cuchillos y resbaladizas, hacían que cualquier despiste se tornase en un seguro accidente con terribles consecuencias. Ya estábamos abajo, en el avituallamiento, hacía 10 horas y 5 minutos que había salido de Prado del Rey y tenía aún un colchón de 3 horas sobre el cierre de ese punto. Daba tiempo a reponer fuerzas adecuadamente y cambiar las pilas del frontal (por cierto, muchas gracias Luis Solano por las pilas, no estaba seguro que tuviese suficiente con un repuesto que llevaba), me quité la tercera capa y cambié los guantes de neopreno por los de seco, los calcetines ni me los toqué, pues ya estaban unidos a mi piel y así debían seguir hasta la meta. Tras casi 20 minutos de parada, iniciaba el retorno.  

5º TRAMO: VILLALUENGA DEL ROSARIO - GRAZALEMA. El retorno

Iniciaba ya por fín el camino de vuelta, afortunadamente el viento había amainado y la lluvia había cesado. Me lo tomé con cierta calma, dando tiempo a que mi estómago digiriera la ensalada de pasta y el bocadillo que me había tomado, el año anterior creo que apenas empleé en este tramo unas 2 horas 30 minutos, sin embargo en esta ocasión se me fue a las 3 horas, Las plantas de los pies me dolían bastante, seguían frias y mojadas, lo que hacía muy incómodo un simple trotecillo. Ya casi llegando a la zona del Camping di alcance a Sergio K2 que acompañaba a Cristina Delgado, dos fuera de serie que no atravesaban por su mejor momento pues Cristina tenía serios problemas de estómago que le hacían vomitar y Sergio bastante sueño. Joder decía yo, después de casi 130 kms!!!! 

6º TRAMO: GRAZALEMA - BENAMAHOMA. El Descenso



Tras un buen café caliente con unas galletas en el avituallamiento y registrar el chip, iniciaba este tramo con Sergio y Cristina, sin embargo Cristina seguía sin encontrarse bien y decidió finalizar ahí su carrera, una auténtica pena. Iniciaba la subida de nuevo al Boyar con Sergio, hablábamos para mantenernos despiertos y no cometer errores. Él continuamente me indicaba que tirase yo, que me estaba frenando y que podía mejorar mi tiempo y posición del año anterior, eso ya me importaba a mi poco, simplemente me apetecía estar con él. Fui poco a poco incrementando el ritmo alternando el andurreo con un trote ligero pero que me hacía distanciarme irremediablemente. Sergio es de los pocos participantes que tiene en su haber las 5 ediciones anteriores de la ultra de Bandoleros, y perseguía su sexta, casi nada!!!! Sabía de sobra que lo conseguiría, incluso me atreví a aconsejarle que podía echarse un sueñecito en el avituallamiento de Benamahoma. Cuando llegué a este avituallamiento, de nuevo un café calentito con unas galletas y cual es mi sorpresa que veo al lado mía dormido sobre una silla a Alfonso Cabrera, había participado en la larga y después de haberse retirado en Ronda, estaba esperando aquí a los últimos para acompañarlos hasta la meta de Prado del Rey, que enorme gesto de generosidad!!!! Muy grande nuestro Bandolero, si otros se llevaron una medalla finisher por atender a un participante lesionado, Alfonso se merece mil medallas por parte de la organización y de todos nosotros.



7º TRAMO: BENAMAHOMA - EL BOSQUE. "El paseo por el Majaceite"
Es este un sendero precioso que discurre por el curso del rio Majaceite, muy fácil y corrible, pero que ya con el enorme desgaste acumulado lo hacen muy difícil. Son apenas 5 kms de soledad absoluta pero que me llevan casi la hora, durante la cual voy enfrascado en mis pensamientos y cálculos. 




8º TRAMO: EL BOSQUE - PRADO DEL REY. META. "El infierno de barro"





Y quedaba la guinda, la meta a tan solo 12 kms, primero por un sendero paralelo al río, a continuación por una pista fácil de arena compactada que permite correr, pero que tras entrar en la finca privada, se torna un auténtico barrizal impracticable, en el que me hundo sin remisión a cada paso. Creo que ha sido el único momento en el que he maldecido y gritado enfurecido. El pueblo a la vista, cerca, muy cerca, pero esta ahí arriba, hay que hacer un último esfuerzo y ascender hasta la meta, la tengo ya a la vista y no quiero correr, no puedo correr, quiero eternizar esos momentos, entrar tranquilo, relajado, levantar los brazos y con los palos al aire, gritar ¡RESISTÍ Y VENCÍ!

Medalla finisher, sudadera bandolera y agasajos múltiples por parte de los voluntarios, cerveza, bocadillo de lomo caliente.......todo eran mimos....Muchas gracias de corazón!!!!
Sólo me quedaba sacar el teléfono de la mochila y hablar con Ángela, decirle que ya había llegado y que estaba bien, se que para ella también ha sido una noche muy larga desde la distancia. Fue oir su voz y derrumbarme totalmente, rompí a llorar como un niño, no articulaba las palabras, tuve que salir de la carpa y respirar profundamente aire fresco. Era tanta la tensión acumulada en esas 20 horas y 41 minutos que no pude contenerme.
Ya más relajado pude saludar a mis amigos del Turdetaniateam Santaella, Javier Corrales y Miguel Angel Sarmiento, que habían llegado 8 horas antes!!!! Ya me gustaría estar a vuestro nivel amigos y acompañaros en carrera, en fin, me tendré que contentar con veros a la salida........y en la meta.
Con un gran bandolero: Guillermo Balastegui "Guille"