miércoles, 22 de febrero de 2012

XXVIII MARATÓN DE SEVILLA



Tres años después, he vuelto a pisar el tartán del estadio olímpico de Sevilla; con esta edición, son ya tres maratones concluidas, tres experiencias únicas, diferentes e inolvidables.
Corría el año 2010, debutaba en la distancia, y la afrontaba con reservas, con temor y respeto. El resultado: 3h 55 min, y una fuerte contractura en el gemelo derecho que me tendría en el dique seco casi un mes.
En la edición XXVII, y ya con la experiencia anterior, sabía a lo que me enfrentaba, y afrontaba el reto con mayor confianza, pero siempre con el respeto debido a la distancia. El resultado: 3 horas 52 minutos…..y de nuevo lesión: micro rotura de fibras en el gemelo izquierdo, con un sabor agridulce y algo decepcionado.
Este año quería quitarme esa espina clavada, y me fijaba como objetivo las 3h30 minutos. Sabía que el reto era difícil y complicado, que andaría muy justo, pero no era imposible. Esta vez llevaba un mayor bagaje de kilómetros en las piernas, mayor experiencia y confianza en mis posibilidades. Además contaba con la inestimable ayuda de mi amigo y compañero del club Fernando Jiménez, el cual me acompañaría en la carrera, marcando el ritmo.

La salida se dio a las 9:31 am, más de 5000 almas vibraban y saltaban sobre la pista de atletismo, nerviosas y ansiosas. No nos habíamos colocado demasiado bien, por lo que perdimos cerca de 2 minutos hasta que pasamos por la esterilla y otros dos hasta que salimos por el túnel sur, minutos que al final echaría en falta.

Poco a poco fuimos cogiendo el ritmo previsto de 5min/km (12 Km/hora), a pesar de lo cual aún no divisábamos el globo de las 3:30, asique aumentamos un poco la marcha rebasando continuamente corredores. En el km 8 Fernando tuvo que parar para “soltar lastre”, y yo continué sólo, concentrado en mi ritmo. Casi sin darme cuenta, iba a 4:40, así que a Fernando le costó dos kms alcanzarme de nuevo; y aprovechando su inercia, decidí seguirle y definitivamente arriesgarme. En Menendez Pelayo me esperaban mis padres, que me dieron el agua y un gel, y de paso nos echaron unas fotillos.



 






Alcanzamos al grupo de Ñete y Juanma, y paré un poco para hablar con ellos, sin embargo las piernas pedían guerra y continué hacia delante siempre siguiendo al BOSS (el que no arriesga no gana, me decía), dimos alcance al globo de las 3:30 y pasamos con ellos la media en 1:44:30, el plan iba según lo previsto, y yo me encontraba eufórico. Pero sobre el 25, empecé a notar los primeros avisos, las piernas comenzaba a flojear y me costaba seguir el ritmo de Fernando, asique decidí conservar y bajar el ritmo (a 5´estaba bien, y llevaba el globo de las 3:30 por detrás), asique me descolgué definitivamente de Fernando, que siguió a un ritmo creciente.
En el Km 28 estaban Ángela y mis hijos Alberto y David, ya un poco impacientes, pero animándome, me dieron un gel y la bebida hidratante, que me vinieron de lujo, pues las fuerzas comenzaban a escasear. 
 
Continué por la Palmera, pasé el 30 bien y en el km 32 estaban de nuevo mis padres animándome, otro subidón de adrenalina. 


Ya entrábamos en la verdadera carrera, lo que distingue a ésta de cualquier otra; cuando el cuerpo te pide parar y la mente te dicta que sigas. En la rotonda de República Argentina, primer aviso de los gemelos, tengo que parar y estirarlos un poco, se me viene el mundo encima, igual que el año pasado, maldita sea pensaba. Pero ahí estaba de nuevo Agustín en su bici, ¡mi salvación! Se paró y sacó de su mochila un bote de Réflex que me calmó temporalmente mis ya acalambrados gemelos. 

De nuevo comencé a correr “decentemente”  e hice Gustavo Adolfo Bécquer sin molestias. Tenía que llegar como fuese, me daba ánimos e incluso hablaba sólo, sabía que ya el objetivo de las 3h:30min quedaba fuera, pero aún era posible hacer una buena marca, por debajo de 3:40. Ya casi entrando en el estadio me pasaron Ñete y Juanma que iban lanzados, intenté unirme a ellos y entrar juntos en meta, pero las piernas ya no estaban para muchas alegrías y tuve que ceder entrando a escasos metros de ellos.
Tiempo oficial de Maratón 3h37min53seg
Tiempo real 3h35min42seg
Había bajado en casi 17 minutos respecto al año anterior, y además la distancia recorrida según mi GPS era de 41 km y 700 metros. En fin, que esta vez las sensaciones han sido muy distintas: he podido disfrutar como nunca y también claro está, sufrir como siempre. 

Aprovecho para agradecer a todos los voluntarios y miembros de la organización por su magnífica labor realizada, gracias de corazón. Así mismo quiero también felicitar especialmente a los más de 5000 valientes que llenaron de color las calles Sevilla un 19 de febrero de 2012, ¡Sois todos unos campeones!