CRONICA DE LA MADRE DE TODAS
LAS CARRERAS….los 101 km de Ronda
Acabo de regresar de dar un
paseo por la playa, necesitaba salir, sentir de nuevo la arena bajo mis pies,
el agua sanadora del mar, la soledad del infinito. El tiempo ha vuelto a dar un
vuelco, hace un viento de levante demoledor, de esos que te tumban, y una luz
tenue y difusa que intenta abrirse paso entre las nubes, que presagian la
lluvia que vendrá.
Necesitaba poner en orden
todo lo vivido este fin de semana, cada uno de esos instantes, los buenos y los
malos, antes de que sólo sean un recuerdo difuso en mi memoria.
Curiosamente es ahora cuando
estoy disfrutando de mi victoria, con la perspectiva que da el tiempo pasado y
en la soledad de este paseo, me he vuelto a emocionar, al mirar a lo lejos las
montañas que he recorrido en cada uno de los entrenos; he podido sentirlas, en
la lejanía y he llorado de alegría.
Me vienen ahora a la memoria
recuerdos de otras carreras, para tener alguna referencia con la que poder
comparar los 101, y me resulta muy difícil encontrar semejanzas. Por ejemplo,
en las medias maratones, primaba el tiempo realizado, “que si bajar de 1h35”,
si se cumplia, pues contento y en la
misma línea de meta euforia; en la Maratón, mismo planteamiento, “ que si el
objetivo es bajar de 3h45min”, pues eso, euforia y emoción en la misma línea de
meta, unas lágrimas, etc.
En cambio, en los 101km de Ronda,
ahí cambia totalmente el planteamiento. Me preguntaba mi padre, que como cuánto
tiempo me llevaría, yo, iluso de mí y a falta de referencia alguna, le
contestaba que entre 14 y 16 horas; pero en el fondo pensaba para mí que el
objetivo primero era……llegar, cruzar la línea de meta, y si llegaba, poder
vivir para contarlo, como ha sido afortunadamente el caso.
Las dos semanas previas, he
tenido la fortuna de poder disfrutarlas plenamente con mi familia, lo que me ha
generado un estado de plena confianza y felicidad, que sin duda alguna ha
ayudado y mucho a conseguir este inmenso reto. Pues tan importante en estas
pruebas de ultradistancia es, tener una buena capacidad física, como mental.
Sábado 11 de la mañana,
6:30am, suena el despertador. “He dormido regular”, siempre ocurre igual,
cierras los ojos y te vienen a la mente imágenes
y estrategias de tu carrera soñada. ¿Se me habrá olvidado algo? Y entre vagos
pensamientos se te cierran los ojos hasta que algo de nuevo los activa. A las
7:00 puntual salgo hacia mi destino final, Ronda.
Llegué al estadio con
tiempo, y aprovecho para entregar la mochila en el camión de Setenil y descansar
a la sombra de la carpa que han montado en un lateral del campo de fútbol. Allí
espero pacientemente a que se de la salida. Los ciclistas esperan en las pistas
aledañas de atletismo. Saludo a muchos amigos, lo cual hace que libere un
poquito la tensión y la inquietud que tenía.
Agustín, Javier Balbuena y JM Espinar |
Son las 11:00 y con una
puntualidad exquisita, se da la salida. Me había quedado acompañando a Javier
Balbuena, que estaba siendo entrevistado por Silvia Haro para una productora de
Canal sur, acerca de su reto solidario http://www.migranodearena.org/javierbalbuena2 y eso hizo que
saliera casi desde la cola del pelotón de corredores. Apenas se podía correr,
por lo que los primeros kilómetros los hice andando, y aprovechando para
saludar a compañeros de “andanzas”. Quedaban muchos kilómetros por delante,
pero tenía que aprovechar la buena temperatura que aún hacía para correr; y esa
fue la estrategia inicial, correr hasta que el calor achuchara más. Iba
adelantando corredores hasta que di con Rafa Legendario, hacía tiempo que no
sabía nada de él y decidí acompañarle un tramo, entre charlas se nos iban
pasando los kilómetros casi sin darnos cuenta, andábamos y corríamos,
manteniendo una buena media de casi 7 km/hora
Ya en en bucle del circuito
de Ascari, me despegué definitivamente
de él, y “tiré palante”, seguí a buen ritmo todo este bucle, pero el calor
comenzaba a hacer mella en mí y tras casi cinco horas llegaba a Arriate, ya me
era imposible correr; y lo peor de todo, llegaba la “cuesta de los cochinos”,
una hora me costó superarla, por momentos tuve ganas de echarme una siestecita
bajo alguna de las encinas, pero la cabeza me dictaba que debía continuar,
aunque fuese a paso de tortuga. Cada paso que daba, un metro que avanzaba, me
repetía.
El bombero cienturero |
El siguiente objetivo era Alcalá
de Valle; por el camino tuve que pararme para curarme las temidas ampollas que
comenzaban a aparecer, esta vez en el pie izquierdo. Y el calor que seguía
apretando, no podía con mi alma, el camel lo llevaba vacío y para colmo el
tanque del avituallamiento se había acabado. Afortunadamente si sobra de algo
en esta prueba es la solidaridad, y un buen vecino, cuya casa lindaba con la
pista por la que transitábamos, tenía un buen barreño lleno de agua y la goma
echando agua fresquita….ufff salvado de momento!
En Alcalá paré un poco para
comer algo, rellenar el camel y darme un caprichito: un polo de limón. De nuevo
en ruta, un enorme cuestón a la salida del pueblo hacía mella en mí, era
complicado hasta mantenerse vertical. Tras una hora de camino, llegaba a Setenil,
eran las 20:17 de la tarde, comenzaba a refrescar, habían pasado algo más de 9
horas desde que saliera de Ronda y recorrido casi 60 kilómetros, la media algo
más de 6,3 km/hora. En principio me encontraba bastante entero, y con buenas
sensaciones, sin embargo el destino me preparaba una sorpresa. Al llegar al
colegio de Setenil donde estaba el avituallamiento y la recogida de mochilas,
había una cola considerable de marchadores a la espera de poder recogerlas, por
lo que me coloqué en posición y a esperar.
A los 20 minutos de estar ahí parado
en la cola, comencé a encontrarme mal, a notar un sudor frio y a marearme. Me
asusté un poco y me tumbé en el suelo. Era una bajada de tensión, me decían, “con
un cocacola se pasa”. Hice otro intento por levantarme, pero seguía mareándome,
otra vez al suelo. Buff, aquí se acabó la aventura, me decía. Sin embargo, al
moverme un poco comencé a recuperar pulso y todo de nuevo en su sitio. Me
cambié, entregué la ropa usada y aproveché para comerme un sándwich y beber más
cocacola. Eran las 21:18 y tomaba la salida de nuevo, había perdido una hora por
el caos de la entrega de mochilas y casi me cuesta el abandono, pero iba bien
de ánimos, aunque me tomé los primeros kilómetros con cautela, analizando mis
sensaciones y valorando en todo momento el estado físico. Ya con la confianza
de encontrarme bien y el frescor de la noche, eché a correr y a correr……hasta
el cuartel, era increíble, me encontraba como si acabase de empezar, que digo,
mejor.
Llegaba al cuartel de la
legión sobre las 00:15, tres horas había empleado desde Setenil. Entré en el
comedor y sin sentarme tomé algo de fruta, otro sándwich y el caldo calentito.
Próximo destino Benaoján, el
cual estaba atravesando a las 02:05 de la madrugada, seguía muy bien de
fuerzas, corriendo donde se podía y andando en los tramos duros de cuestas.
Estaba disfrutando de verdad: la noche estrellada, una temperatura fresca, la
hilera de lucecitas de los frontales y el sonido de las pisadas, al unísono.
Eran momentos mágicos, de esos que te ponen los pelos de punta. Durante un buen
tramo a la salida de Benaoján, pude compartir camino con un equipo de la UME, y
digo equipo porque se comportaban como tal, preocupándose continuamente del más
débil, arropándolo y ayudándolo. O también el caso de un militar, que a pesar
de haberse torcido el tobillo en el km24, continuaba en carrera gritando de
dolor y desesperación, ayudado en todo momento por su amigo y compañero. Son esos
momentos los que hacen de estas pruebas, algo distinto, algo especial.
Ya teníamos Ronda cerca, lo
podía sentir, el resplandor de su iluminación la delataba, sólo quedaba la “cuesta
del cachondeo”, que nada más el nombre ya te pone alerta. Casi 25 minutos para
1,2 km, “bajona gorda” me sentía sin fuerzas ya, y es que llevaba tiempo sin
comer nada, pero estaba delante de mis narices y ya nadie me quitaba esa meta. Me
enganché como pude a otros tres militares-corredores que me llevaron
prácticamente en volandas hasta la Alameda. Creo que desde que salí de Setenil,
ha sido el único tramo en el que me han adelantado corredores, por lo que en
general estoy más que satisfecho con el planteamiento que hice, reservando la
primera parte hasta Setenil y zurrando en los tramos posteriores (Cuartel de la
Legión- Benaoján- Ronda).
Al final, un tiempo oficial de 18horas 09minutos, en la posición 962 de 2001 llegados a meta.
2 comentarios:
Enhorabuena Luisma. Me alegro mucho verte, como siempre. Es impresionante despues del mareo como pudiste llegar al cuartel con tanta fuerza. En ese tramo yo me vine abajo. Y tambien creo que me equivoqué saliendo tan lento, debería haber intentado llegar a Setenil más o menos a la hora en que lo hicistes tu.
Un fuerte abrazo, y ya nos veremos en otra.
Seguro que esto te da mucha fortaleza para el GTP.
Bueno, yo no soy un colega, un compañero de "correrias", solo soy tu madre, y estoy orgullosa de tí, ¡¡enhorabuena¡¡
14 de mayo de 2013
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