domingo, 10 de abril de 2016

XVIII EDICION LXVII MILLAS ROMANAS DE MÉRIDA

Las famosas millas romanas de Mérida, una prueba que hace tiempo que tenía en mente. pero que siempre la había ido dejando de lado. Ya me las habían recomendado otros corredores que habían participado, así como una experta conocedora de la prueba, como era Maria José Vera (4ª clasificada en esta edición). Esta era la ocasión, y allí me planté: pabellón Diocles a las 19:30 para firmar, recoger el dorsal, el rutómetro y cambiarme. Me dirigí hacia el Arco de Trajano, desde donde se daría la salida a las 21:00, saludar a numerosos amigos y conocidos de este mundillo......y primer contratiempo, cuando voy a sellar el rutómetro, me percato que no lo llevo encima, me lo había dejado olvidado en el coche!!!! El personal de la organización que allí se encontraba, me hicieron un apaño y en una hoja de papel me pusieron el primer sello, indicándome que a los siguientes controles de paso les contase lo sucedido y que intentaran proporcionarme otro rutómetro en blanco.

Arco de Trajano al fondo
La cosa empezaba mal, y entre los nervios de la salida y este despiste gordo, no las tenía todas conmigo. Ya me pude relajar cuando se dio la salida y comencé a dar las primeras zancadas, que al principio eran muy cortas, pues salí muy atrás y la aglomeración de corredores era considerable. La segunda estampa imborrable fue el paso por el puente romano de Mérida, con la gente animando en sus aceras y con antorchas.

En cuanto salí del puente y giramos hacia la izquierda, metí ya la directa y a ritmo constante pude ir progresando sin problemas.

Estaba en el primer control de Calamonte en 35 minutos, distante 5,5 kms de la salida. Iba cumpliendo bien las horas de paso previstas.
Siguiente destino, Arroyo de San Serván, distante 9 kms y al cual llegué sin más contratiempos a las 22:37 (media de 9km/h en ese tramo). Ahí tenía puesta la organización la cena, pero yo ya había cenado algo cuando fui a recoger el dorsal, así que sólo sellado , reponer un bidón y probar algo de pasta. Como curiosidad, decir que el grupo de cabeza había llegado a este control con casi 20 minutos de adelanto sobre su apertura, y allí se encontraban en el pabellón, todos nerviosos por sellar y salir disparados. Aproveché para saludar al "Ultrachamba" y preguntarle como iba, y sin darme cuenta creo que me colé de muchos en el sellado, pues iban guardando un orden en una "cola" según llegaban, y yo no me di cuenta de ese aspecto. Creo que nunca me había visto en esa situación y sentí bastante apuro, pero tenía claro que esa no era mi guerra, mi único reto era bajar de las 15 horas y no entrar en podium como esos bicharracos y así se lo dije cuando salí del pabellón.
En ese control tampoco me pudieron solucionar lo del rutómetro, y la hoja ya estaba totalmente empapada, estaba bastante nervioso.
Siguiente control, Torremegía, distante 13,1 kms por un terreno que no ofrecía mucha dificultad. En ese tramo me dió alcance Anaime, y posteriormente Julio y ya continuamos juntos hasta el pueblo. Allí me proporcionaron el dichoso rutómetro y me lo sellaron adecuadamente.

Ya más tranquilo, tras repostar líquido y tomar una buena ración de frutos secos y plátanos, reemprendimos la marcha; eran las 00:14, habíamos recorrido esos 13,1 kms en 1h28min. Teníamos por delante el primer tramo duro de la prueba, La subida hasta el Castillo de Alange. Bueno eso era sobre el papel, porque una vez cruzamos la carretera hacia el pantano, las balizas nos mandaban a un supuesto sendero que trascurría precisamente paralelo hacia la carretera, y que se ve había desbrozado hace poco y mal. Fueron 3 kms, pero que nos llevaron 37 minutos y más de un susto.  Algunos no jugaron limpio y directamente se comieron ese tramo por el arcén de la carretera, sobre su conciencia caerá, y si por mi fuese los hubiese descalificado allí mismo.
Una vez hubimos salido de ese infierno de ramas y pedrolos, nos disponíamos a cruzar la presa, un tramo asfaltado y perfectamente iluminado. Es en esos momentos en que bajamos la guardia cuando sobrevivienen generalmente los errores, y el mio me costó bien caro, un traspiés en el hueco existente entre la acera de la presa y el guardarail me hace dar de bruces contra el duro suelo, fuerte contusión en ambas rodillas, golpetazo también en el mentón y la mano izquierda también tocada, quedo tirado en el suelo como un guiñapo, diosss! pensé. aquí se acabó la aventura. Julio no hacía nada más que preguntarme si me encontraba bien, pero me costaba reaccionar, estaba muy aturdido y conforme me fui incorporando comprobé que aunque magulladas por el golpe no había derrames en las rodillas y podía seguir, aunque con dolor. Me dije: "SI TE CAES UNA VEZ .........TE LEVANTAS.......Y SIGUES!!!!" Me acordé entonces del  amigo Flore, que tiene por lema "quien resiste, vence", y continué mi marcha, lenta y torpe, pero siempre hacia delante. Y lo que venía ahora era la subida al Castillo de Alange con su posterior bajada al pueblo; terrible no, lo siguiente. La subida fue llevadera y no perdía ritmo, sin embargo la bajada se me hizo realmente dura, pues además de la inseguridad que llevaba, el frontal se iba agotando y las rodillas comenzaban a gritar de dolor.
Con Anaime
Una vez llegado a Alange, pude curarme algo las heridas, reponer fuerzas y continuar la marcha, aunque ya en soledad.

En ese instante, 1ª mujer de la carrera
Julio ya quedaba fuera de alcance y Anaime seguramente no andaría lejos, tocaba apretar los dientes, lo malo es que lo que me venía ahora era la subida a la calderita y su posterior bajada; hubo un momento en que se me saltaron las lágrimas, de dolor, de impotencia, me quedaba aún más de la mitad de la prueba!!!! pero logré abstraerme de los pensamientos negativos conversando con otros corredores y sin darme casi cuenta estaba ya en La Zarza, eran las 4 y 20 de la mañana, había empleado 1h37 min en los apenas 8 kms que separan alange de la Zarza, y me encontraba casi hora y media por encima de mi horario previsto, las sub15 horas habían pasado a simplemente.....llegar a Mérida.
El tramo siguiente hasta Villagonzalo no tenía dificultad, llano y con buen piso, tocaba recuperar algo el tiempo perdido. Recorrí los 6,5 kms que lo separan de La Zarza en 55 minutos (7 km/h). Paradita de apenas 5 minutos para comer algo y reponer el bote, y a seguir, en esta ocasión con destino San Pedro de Mérida, km 67,3. De nuevo buen firme y llano que me permitía correr, con lo que iba recuperando tiempo y sobre todo la confianza en mi mismo y en mis posibilidades. Llegada a San Pedro de Mérida a las 7:41, amaneciendo. Cambio de calcetines, buen desayuno y a seguir que nos espera el parque Natural de Cornalvo.
Fue espectacular, ver los primeros rayos de sol reflejados en aquellas encinas, me dieron literalmente la vida, empecé a sentir de nuevo las piernas con energía y ganas de correr. El sitio era espectacular, alternando dehesa con subidas de aupa por los cortafuegos hasta el penúltimo control situado en la parte alta del parque, allí se encontraba una pareja de voluntarios con su autocaravana derrochando ánimos. De nuevo reponer el bidón , añadir las sales, tomar un gel y a tumba abierta hasta Mirandilla. En ese tramo adelanté a numerosos corredores, mis piernas parecía que hubiesen acabado de empezar la clásica tirada de los domingos. No me lo podía creer, pero tenía que aprovechar ese chute de energía. Hice ese tramo de 9,5 kms desde Cornalvo hasta Mirandilla en unos 56 min!!! Subidón gordo al escuchar el megáfono del guardia civil del avituallamiento.
Ya tenía Mérida a escasos 12 kms, bajar de las 15 horas se tornaba imposible, pero aún podía hacer una buena marca. Enganché con una pareja de corredores madrileños que mantenían un ritmo medio decente para lo que ya llevábamos, y pude seguir con ellos unos kilómetros, sin embargo, mis piernas estaban ya gritando de dolor y me daba miedo producirme alguna lesión muscular, sencillamente, dejé llevarme y andar lo más rápido que podía hasta la meta. Fue una apoteósis la entrada en aquella plaza, con la grata sorpresa que justo antes, nos adelantó la primera fémina y le cedimos gustosamente todo el honor y la atención del público para su entrada en meta. A continuación, nos tocaba a nosotros, cuatro valientes a los que el destino quiso unir sus caminos ese día en ese sitio, inolvidable y muy emotivo. 

Aquí podéis descargaros el track de la carrera:
101,4 kms - 1500m+ en 15h42min16"
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=12891227

Mis más sinceros agradecimientos a todo ese ejército de voluntarios que hacéis posible que cumplamos este sueño, organización perfecta y avituallamientos completos. Sólo un único pero, la señalización dejó mucho que desear. El tema del balizamiento debéis mejorarlo un poco en próximas ediciones.
También quiero dar un pequeño tirón de orejas a algunos listillos: observé perplejo como muchos corredores optaban por hacer el tramo hasta la presa por el arcén de la carretera, en vez del que había señalizado por el sendero, pero lo que ya me ha encendido, ha sido el enterarme que algunos directamente han enfilado hacia Alange saltándose la subida al castillo. Creo que en esos puntos, en la calderita y en otro de Cornalvo, debíais de colocar algún punto de control. Es una pena que estas cosas ocurran, pero allá cada cual con su conciencia, yo la tengo muy tranquila afortunadamente.
También tengo que agradecer a la organización el traslado en coche hasta el pabellón, que aunque distante tan solo 1,5 kms, se nos hubiesen hecho interminables. 
Traslado hasta el pabellón, 1ª clasificada 



lunes, 7 de marzo de 2016

ULTRATRAIL SIERRAS DEL BANDOLERO 77 Kms


UTSB 77 kms finalizada en 16 horas y 23 minutos. En esta ocasión venía acompañado de mi amigo Fernándo Jiménez, cuantas batallitas llevábamos a nuestras espaldas y cuanto tiempo hacía que no compartíamos una.
Tenía muy buenas sensaciones y me encontraba fuerte, así que decidí salir a hacer los primeros 12 kms hasta el Bosque corriendo a buen ritmo, para completar ese tramo en el tiempo que tenía previsto de 1h15 min.
Mr. Fernando.
Parada muy corta, pues tan sólo bebí un vaso de agua y otro de isotónico y a continuar la marcha. En ese punto ya la carrera se ponía cuesta arriba, para subir por el cortafuegos del Albarracín y luego descender buscando el área recreativa de los llanos del campo, km 18,67, en que se encontraba el 2º avituallamiento.



En esta ocasión rellené los dos botes y bebí de nuevo varios vasos de agua que al parecer me provocaron una especie de "corte de digestión", pues al poco comencé con un malestar general y sentir como se me revolvía todo el estómago.

Buffff, la carrera se complicaba por momentos, y a cada paso que daba tenía que pararme para encogerme como podía y mitigar algo el dolor. Se me hicieron eternas esas casi dos horas que empleé en alcanzar el Puerto del Boyar, punto en el que tenía casi decidida mi retirada. Paré un buen rato en ese avituallamiento para comer y beber tranquilamente, pensando siempre en positivo y escuchando al cuerpo y sobre todo a mi cabeza. Si el año pasado fue una gripe la semana anterior la que me dejó fuera de esta prueba, este año no se iba a repetir.
La decisión estaba tomada: CONTINUAR!!!! conocía ese tramo hasta Villaluenga y sabía perfectamente lo arriesgado de la decisión, pues encima el tiempo empeoraba, amenazando lluvia y con bastante frio.
Inicié la subida despacio, y poco a poco me fui encontrando mejor, con fuerzas; eso me animaba bastante. Sin embargo no dejaba de sentir esas "puñaladas" en mi estómago cada vez que intentaba forzar.
Una vez coronado el puerto y tomado resuello, comencé a correr y a correr sin parar, superando a multitud de corredores hasta dar alcance a Rafa Legendario, que al parecer tenía problemas con sus zapatillas. Decidí aflojar un poco y disfrutar de su compañía hasta Villaluenga del Rosario, 4º avituallamiento, situado en el km 37,28.

Llevaba acumuladas ya casi 2 horas y media de retraso sobre mi horario previsto, pues tenía intención de llegar al pueblo sobre las 16:15 y eran ya las 18:46, casi anocheciendo. Era ya muy complicado cumplir el objetivo de tiempo que a priori me había marcado, sin embargo, después de comer y beber, me encontraba de nuevo fuerte y con muchas ganas, así que, apurando las últimas horas de sol salí rápidamente de Villaluenga en dirección a Grazalema, adelantando de nuevo continuamente a corredores, para alcanzar el 5º avituallamiento a las 21:49 horas (km 49,30) en apenas 2 horas 40 minutos!!!.

Allí me encontré con un numeroso grupo de amigos que hacían la prueba de 155 kms, Javier Gonzalez Poveda, Chema, Roberto Jimenez Trenado, Antonio Vega Cazalla y Guille. Con ellos afronté la dura subida hasta el puerto del Boyar, para una vez coronado, y con todo el dolor de mi corazón, abandonar la buena compañía de estos máquinas y dar rienda suelta a mis energías para seguir corriendo hasta Benamahoma. Destino que alcancé allá por las 00:13. De nuevo misma rutina: reponer el bote de agua, bocadillo, vaso de cocacola, cambio de pilas al frontal, llamada a Ángela y reanudar rápidamente la marcha con el siguiente objetivo a 5,5 kms: El Bosque, que alcancé a las 1:10 de la madrugada.
Me quedaban unos 12 kms hasta la ansiada meta en Prado del Rey, pero ya las fuerzas empezaban a flojear y notaba los gemelos bastante cargados, así que me uní con un buen grupo que hacía la prueba larga, entre los que se encontraba un amigo de la Ultima Selva, Antonio J. Beltrán, para afrontar a buen ritmo esos últimos kilómetros.
Quería al menos bajar de las 16 horas y encima comenzaba a sentir bastante frio, así que, empecé de nuevo a incrementar el ritmo y trotar un poco, sin embargo tuve un serio despiste, pues en lugar de cruzar la carretera y tomar la dirección de Zahara de la Sierra, seguí hacia delante para subir a Prado del Rey por la carretera. Cuando quise percatarme del despiste ya había  recorrido casi 600 m que luego tuve que desandar para retomar el camino correcto.
En vez de girar a la dcha. seguí dirección Prado del Rey
Que rabia sentí en ese momento, las 16 horas se me escapaban irremediablemente.
Pero me quedo con todos los buenos momentos que he tenido durante durante esas largas horas, con los magníficos paisajes que he contemplado, con el frio y la niebla, con el viento, con los buenos amigos que he podido saludar de nuevo y con los que he conocido en el camino, con la infinita predisposición y ánimos de los voluntarios en todos y cada uno de los avituallamientos.
Por todos esos motivos me tendréis de nuevo en la linea de salida el próximo año. Larga vida al Ultratrail Sierras del Bandolero!!!
Mención muy especial a mis compañeros del Turdetania por el carrerón que se marcaron:
Miguel Angel Sánchez Pavón con una magnífica marca en los 77 kmsv de 12 horas y 27 minutos.
Miguel Ángel Sarmiento, que a pesar de una lesión tuvo el coraje de acabarla sin poder correr desde Grazalema, entrando en 25 horas y 34 minutos.
Javier Corrales, que aunque joven, ya tenía experiencia en esta prueba, parando el crono en 24 horas y 41 minutos. Que alegría me dio verte bajando el boyar, ibas hacia la gloria!!
Cristobal Martel, otro crack, como persona y como corredor. No sabes lo que me reconfortó tu abrazo cuando subía el boyar todo hundido y desilusionado, me diste energías. 16 de la general y 24 horas 4 minutos.
Florencio Arroyo, otro de los presuntos noveles en estas lides, pero que ya está hecho todo un experto, marcándose un carrerón y entrando en 27 horas 33 minutos.
Juan Manuel Ordóñez y Jesús La Casa, entrando juntos en 26 horas y 28 minutos.
Francisco Javier González Poveda, con el cual tuve la fortuna de compartir la subida al boyar desde Grazalema, que entró en 34 horas 52 minutos.
Y dejo para el final a Manuel Moreno y Fernando Jiménez que tuvieron que retirarse en el Boyar, mucho ánimo a los dos, sois unos campeones y no tenéis que demostrar nada, el sólo hecho de estar en la linea de salida os hace unos héroes.


Otra medalla para la colección